Leve repunte del Euríbor en los últimos días: ¿Qué está pasando?

Desde el 22 de agosto, el Euríbor parece haberse despertado con ganas de subir. No lo hace a saltos bruscos, sino poco a poco, casi con esa constancia silenciosa que a veces pasa desapercibida. En apenas unos días ha pasado del 2,084 % al entorno del 2,191 % en septiembre. Puede parecer un cambio mínimo, pero cuando se repite jornada tras jornada, la sensación es distinta.

En cuanto a medias, agosto cerró con un 2,114 %, ligeramente por encima de julio, como si hubiera decidido marcar una pequeña diferencia antes de irse. Y septiembre, sin haber terminado, ya lleva una media provisional del 2,167 %, que supera a la de agosto sin demasiado esfuerzo. Eso sí, todavía queda muy lejos del 2,936 % que vivimos en septiembre de 2024, un nivel que muchos hipotecados aún recuerdan con un nudo en el estómago.

¿Por qué este repunte, aunque sea suave?

Aquí entran en juego varias piezas del puzle.

Para empezar, el BCE ha dejado claro que no habrá más recortes de tipos a corto plazo. De hecho, algunos analistas empiezan a murmurar que podrían incluso subir antes de lo esperado.

Además, la inflación sigue rondando ese incómodo 2 %. No es alarmante, pero tampoco permite relajarse. Y es que cuando los precios no terminan de aflojar, mantener los tipos más altos parece casi inevitable.

También hay señales de que la economía europea se mueve con algo más de energía. El propio PMI apunta a cierta recuperación, lo que reduce la necesidad de "dar aire" con tipos más bajos.

Y, por último, no podemos olvidar el contexto global: menos liquidez en el mercado, un BCE más prudente, tensiones geopolíticas… todo suma. Es como cuando la marea sube despacio pero constante, y acabas notando el agua un poco más arriba en los tobillos sin darte cuenta.

En resumen: las subidas son pequeñas, sí, pero la constancia les da un aire distinto. Y para quienes tienen una hipoteca variable, cada décima importa. La verdad es que no estamos ni de lejos en los niveles de hace un año, pero este "goteo al alza" invita a estar atentos. Porque al final, en el bolsillo, lo leve también pesa.